Al parecer todo indica que esta es la última Malinche que se verá en el curso (la Malinche era mejor que Cortés); esta obra fue escrita por el dramaturgo chihuahuense Víctor Hugo Rascón Banda (1948-2008) y puesta en escena por Johann Kresnik (1939- )
Aquí la historia gira alrededor de tres Malinches, que evidentemente son la misma pero en diferentes etapas de su vida: joven, adulta y vieja; la historia inicia en el Congreso de la Unión en donde una diputada (la Malinche) pide que su nombre forme parte de él, puesto que gracias a su ayuda se logró que su nación progresara; pero gracias a su irreverente propuesta, le propinan tremenda golpiza. Un diputado también sube a pedir que se escriba con letras de oro el nombre de un gran hombre, que fue él que realmente transformó la nación: Hernán Cortés.
Lo interesante y raro a la vez, es que la Malinche acude a una psicoanalista, pero ambas están desnudas; la verdad no le encuentro sentido a que las dos estén de esta manera, pero como dato extra, debo escribir que Kresnik es un director extravagante, para muestra la foto de arriba en donde se ve a la Malinche envuelta en una boa. A decir verdad, la obra está llena de escenas que la mayoría va catalogar como fuertes, un ejemplo de ellas, cuando la Malinche está diciéndole a Cortés que no funciona como hombre, que así como se jacta de ser un buen guerrero.
No hay que dejar de lado la teoría correspondiente a esta semana: Herbert Lindenberger, llamada Historical Drama. Si tratamos de ver algo verdaderamente histórico dentro de esta obra lo veo un poco imposible por las siguientes cuestiones: en ningún momento se puede imaginar a la Malinche pidiendo que se le considere como parte de la historia, así como una especie de Mujer Maravilla; peor aún, a una Malinche que necesita consejos y acude a una psicoanalista. O a la inversa, a un Cortés que se le considere un héroe, aunque a diferencia de la Malinche, él trató de cambiar la historia a su favor (ya lo vimos con Leñero). Queda claro que Rascón Banda adaptó a la Malinche a su respectiva época, pero cayó en la exageración con los toques que le dio Kresnik.
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