jueves, 21 de noviembre de 2013

Cosa de siempre



En esta ocasión tocó el turno de leer una obra teatral de Jorge Ibargüengoitia: Los buenos manejos que, como toda obra de él, logra causar revuelo. Esta obra refleja como la corrupción predomina, por ejemplo, cuando don Sebastián le ofrece un puesto a don Serafín un puesto a cambio de dinero. Y eso no es lo grave, sino que lo más fuerte es la usurpación que se da y en donde participan las tres prostitutas, ¿y todo con qué fin? Con el propósito de apoderarse de algo que no les pertenecía, pero, pues si todo el mundo lo practicaba y nadie decía nada, porque no hacerlo. 

      Un aspecto más de esta obra es como alguno de los nombres marcan a los personajes, por ejemplo, don Sepúlcro, fray Horóscopo y doña Álgebra; el primero lleva con él la marca de la muerte y obviamente morirá; el segundo cree que domina a todos los hombres y la tercera, es calculadora y sabe lo que hace. 

        En resumen, Ibargüengoitia no escribió precisamente una obra que se apega a determinado momento social, sino que elaboró una que se apega a cualquiera, sin importar la época. Y basta recordar que México es un país que se distingue por su corrupción descarada.

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