viernes, 22 de noviembre de 2013

Última obra!



Por cuestiones de salud no pude asistir a la puesta en escena de Virginia Ordóñez. Así que para no quedarme sin participar, opté por ver una puesta en escena que lleva por nombre Tres sombreros de copa de Miguel Mihura, que hace unos años tuve la oportunidad de leer, mas no de ver. Es considerada una de las obras maestras del teatro humorísticos una obra de tres actos en donde el autor, trata de contraponer dos mundos: el mundo burgués/noble vs. el liberal, el de la gente de escasos recursos.

     Dionisio es el nombre del protagonista, que cosa contraria a lo que puede representar su nombre (fiesta) se le ve en la primera escena como un hombre serio y educado, hasta un tanto temeroso al mostrarle Don Rosario las luces de la calle que se pueden observar desde el balcón. Debo destacar que los actores que se encargan de darle vida si están algo grandecitos, por ejemplo, Paula, se ve más grande que el propio Dionisio, se supone que ella ha experimentado más de la vida debido a su oficio: bailarina y prostituta, pero en ese aspecto se exageró. Y como afortunadamente leí la obra, la indicación sobre los personajes, dice que Paula debe ser rubia y con 18 años de edad; esta Paula ni es rubia, sino castaña-rojiza y se ve mayor.

       Por último debo destacar unos aspectos más, Dionisio a diferencia del macho mexicano es débil, me decepcionó el ver a un hombre así, en cambio, su prometida Margarita, lo trata de lo peor y le tiene un sobrenombre cada vez que usa alguno de los tres sombreros, exactamente, Dionisio no sabe cuál usar porque su novia le encuentra un defecto al usar cada uno de ellos, pero él, como buen novio, no tiene más que resignarse. Otro más es el personaje de Buby que es una persona de origen negro, que es el padrote de las bailarinas, mi pregunta es, ¿por qué un negro como villano? Y digo villano porque es él que golpea a Paula. Finalmente, la mentira es un elemento predominante a lo largo de la historia, puesto que a través de ella, se logra idealizar los deseos reprimidos, en este caso los de Dionisio.

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